ENFP – Idealista (Apolíneo, Colérico) Abogado Campeón
- Intuición extravertida
- Sentimiento introvertido
- Pensamiento extravertido
- Sensación introvertida
Eneotipo: 7 – 9 / Signo: Sagitario – Aries – Libra
Promotores de cambio, de innovación. Contagiosos entusiastas de los nuevos caminos, de la apertura a nuevas posibilidades.
Como todos los intuitivos en general, viven persiguiendo el futuro, este tipo particularmente henchido de ideas sobre el sentido de la vida trascendentes, inspiradas y originales, entre las que tratan ellos de encontrar su propio sitio y tratan a la vez de ir ubicando a la gente de su alrededor, pues su función sentimental les hace ocuparse preferentemente del mundo relacional,
de la interacción con el prójimo.
No les gusta estar a solas.
Son muy cálidos, encantadores, acogedores y especialmente dotados de sentido del humor y divertidos. Cualidades empáticas que ellos saben utilizar bien para alentar y entusiasmar a la gente en sus idealistas proyectos de “altruismo cósmico”.
Comprensivos, serviciales y animadores natos.
Necesitan desenvolverse en contextos flexibles y muy abiertos donde quepa su espontaneidad, y prefieren las fases iniciales de un proyecto o de una relación a la consolidación rutinaria. Siempre andan olfateando nuevos intereses.
Pueden adoptar una postura intelectual, seria y rigurosa, con respecto a cualquier asunto, y de repente quebrar esa actitud con un arrebato cómico, divertido, infantil y salvaje, que libera todo su lado lúdico e histriónico.
Desde pequeños son muy curiosos, se interesan por todo alrededor y siempre están poniendo en práctica su imaginación e inventiva.
Experimentan constantemente , y se toman muy en serio sus travesuras. El dibujo, la escritura, la actuación (están especialmente dotados para el psicodrama), todo aquello donde pueden aplicarse creativamente, lo practican. Recrean lenguajes nuevos, juegos, y logran hacer participar a todos de sus inventos. Es fácil por esta capacidad de atraer y convencer que se conviertan en líderes carismáticos y populares, a pesar de su escaso convencionalismo o incluso marginalidad.
Uno de sus mayores divertimentos es compartir con todos a su alrededor la preocupación y la visión sobre las posibilidades del futuro, alternativas y sueños que van cambiando periódicamente, a lo largo de su vida. Del mismo modo, cambian de amigos y de esfera relacional, interesados siempre un poco más por los nuevos contactos que por los viejos. Sin embargo, saben muy bien hacer que todos y cada uno dentro de su círculo íntimo se sientan especiales y el centro de atención por parte de ellos.
Son muy susceptibles a las opiniones de sus íntimos. A pesar de sus espontaneidad y creatividad genuinas, son un tanto más influenciables que otros tipos intuitivos a la opinión de padres, amigos y figuras de autoridad, aunque no tanto como, por ejemplo, su primo ENFJ.
Como siempre están abiertos a muchas posibilidades, les cuesta mucho decidirse por una carrera académica larga, un trabajo estable o un lugar de vida donde echar raíces, y si lo hacen demasiado pronto, lo normal es que se cansen y lo abandonen todo para probar una posibilidad diferente. Lo mejor es que intenten tomar las decisiones sobre las cosas que necesitan empeño y compromiso a medio y largo plazo entre los veinticinco y los treinta años, cuando la intuición les haya probablemente reconducido, después de experimentar y tantear lo suficiente, a un entorno más cercano al único eje estable que los puede comprometer en la vida: el contexto vocacional y vivencial emanado desde el Self, el Sí-mismo. Sin embargo, siempre mantienen ese espíritu versátil capaz de rebuscar y revolverlo todo en pos de novedades e intereses originales que les hace atesorar un temperamento juvenil (y hasta un físico) incluso en la vejez.
Como todos los intuitivos, especialmente los NP, viven intensamente el arquetipo del Puer Eterno. Por eso son de estabilización lenta, siendo su proceso de maduración, sin embargo, mucho más genuino y profundo que el que se da en otros tipos sólo aparentemente más sobrios, sensatos y estables. Sus idas y venidas no son caprichosas ni responden a unas labilidad o inmadurez emocionales o intelectuales: van persiguiendo el rastro y las claves de su propio proceso de individuación. Eso sí: con mayor o menor acierto.
Las asignaturas versátiles, investigadoras, llenas de alternativas de aprendizaje y de calificación abierta son las que más le interesan, trabajando con sumo gusto en equipos, y se aplican en ellas con esmero, sobre todo para intentar hacer en ellas sus propios descubrimientos.
Sin embargo, es fácil que aún con este entusiasmo les falte la constancia y el compromiso necesario con la rutina para acabar el trabajo completo.
Por otro lado, precisan también de la calidez del profesor y que éste les deje exponer sus ideas a todo el grupo para estar cómodos en el aula.
Tienen ocurrencias con mucha rapidez y las comunican instantáneamente, frustrándose a menudo cuando no encuentran la misma
velocidad de diálogo en el interlocutor.
Les cuesta mucho esfuerzo hacer dos veces una cosa de la misma manera.
Sus caminos de aprendizaje, cualificación y habilitación son sinuosos, cambiantes, no convencionales, y en muchos puntos autodidactas.
No es raro que ejerzan una profesión para la que tienen la única acreditación de que son capaces de convencer a los demás de que saben muy
bien lo que están haciendo.
Necesitan trabajar en algo que exija variedad, novedad y desafío, en lo que no estén solamente por el dinero, y donde el entorno sea amistoso y
lleno de gente entusiasta con lo que hace. Para ellos es tan interesante la tarea como las relaciones con los compañeros de trabajo.
No soportan una supervisión rígida.
Como los INFP, no son ordenados, pero saben entenderse con su caos y hacer de él materia prima para lo espontáneo y creativo. Siempre están mucho más pendientes de la interacción con la gente en sus actividades que de los plazos convenidos.
Su función cuando están en la esfera, muy propia para ellos, de liderazgo, es la de ser catalizadores visionarios. Los ideales que inculcan a sus súbditos son filantrópicos, relativos a las relaciones y la solidaridad. Forjan hombres, en el sentido de que son capaces de entusiasmar
a cada cual con su vocación adecuada.
Entre sus ocupaciones favoritas están: periodista, actor, maestro, médico, asistente social, relaciones públicas, sociólogo, antropólogo.
Igual que en los INFP (y que en todos los intuitivos en general), el trabajo y el ocio se solapan. También en el recreo buscan siempre ocupaciones variadas y novedosas, enfrascándose constantemente en entretenimientos de “último grito”, que ellos escuchan antes que nadie.
Aman la lectura y especialmente los viajes, porque necesitan investigar y experimentar todas las posibilidades de ser y vivir que aparecen en todos esos libros y que encuentran al sumergirse en diferentes culturas. Les gusta pertenecer a clubes deportivos, donde pueden ponerse a prueba con desafíos y competir con mucha otra gente.
Su estado vital normal es el de estar enamorado, es decir, entusiasmado y apasionado por los ideales que le interesan, así que este mismo apasionamiento se extiende y ensalza cada vez que conoce a alguien que le toca en el corazón, y se siente muy cómodo en ese estado.
Se vuelca y se pierde tanto en su pasión amorosa como lo hace en sus vocaciones, idealizando a la persona de la que se ha enamorado (diferente del ENFJ, que más bien busca a una persona a su lado que cumpla con su ideal). Subestima las dificultades y los contra de la relación
, y a menudo pasa por alto los hechos desagradables aunque sean evidentes. Normalmente se va enlazando con parejas que tienen que ver con sus intereses generales del momento, así que todo lo dicho sobre su trayectoria vocacional vale para su trayectoria sentimental:
es de los tipos más románticamente enamorados y entregados a su pareja (y no sólo a ésta, sino también a los amigos y a todos sus allegados, los cuales se sienten incondicionalmente amados por el ENFP), pero con el discurrir del devenir cambiante todas estas relaciones se acaban, por más intensas que sean, y son reemplazadas por otras, al menos mientras no se haya ubicado en la vida que verdaderamente le corresponde.
Rompen cuando los fallos de la relación le resultan demasiado evidentes o, como acabamos de decir, si se aburren de una situación cerrada y agotada y necesitan saltar a otra. Si rompen a la fuerza, se sienten fracasados y derrotados porque ellos han puesto muchísima energía
en el compromiso. Entonces tienden a mirar sólo los defectos del ex compañero, a limpiarse de toda culpa, y a buscar rápidamente un amor nuevo y mejor, tal y como sienten que se merecen.
Ejemplos: Franz Joseph Haydn, Mark Twain, Robin Williams.
La Sombra
Pueden ahogarse en un mar de intuiciones, donde no son capaces de establecer prioridades, y convertir su versatilidad en un colapso contradictorio de tendencias e intereses. Algo así como una borrachera de intuición, donde no puede elegirse nada ni puede uno comprometerse con nada porque todo parece posible y sugerente por igual.
Como ya señalamos, a menudo fallan en su responsabilidad de cumplimentar las tareas, dilapidando energía que finalmente no acaba logrando ningún fin. Pueden pasarse demasiado tiempo sembrando campos para abandonarlos de repente. Los frutos entonces los recogerán otros.
Su incapacidad para ser realista a menudo hace que su imaginación idealista y su previsión optimista yerre el tiro.
En estado de estrés se vuelve fácilmente hipocondríaco con cualquier síntoma corporal, que sobrevalora, y la función sensación puede dispararse
compulsivamente haciéndole esclavo de la gula y la lujuria: come demasiado, bebe demasiado, gasta demasiado y acude a demasiadas fiestas, hasta que sobreviene un colapso o un golpe de destino que les insta a recuperar el equilibrio.